El pilaf, también llamado pilaw, pilau o polow, es una plato de arroz tradicional de la cocina hindú, aunque sus primeras referencias literarias se hallan en la historia de Alejandro Magno, por tanto, se considera que el origen de este plato está en la cocina persa o turca. Las variantes de pilaf son frecuentes en todo el Medio Oriente, Cercano Oriente, región del Cáucaso, península de los Balcanes y en la India.
La forma de cocinar el arroz pilaf básico es dorando los granos en aceite o mantequilla, añadiendo cebolla y ajo, y después agregando caldo o agua para su cocción. Suele utilizarse un arroz de grano largo, como el arroz basmati, y el resultado del arroz pilaf debe ser el de grano suelto y no líquido o pastoso.
En esta receta se ha sustituido el arroz por cebada, que es un cereal debe ser evitado por celíacos, porque contiene gluten (aunque en menor cantidad que el centeno o el trigo).
A su vez, la cebada es una gran fuente de vitaminas del grupo B, evitando la rigidez de los capilares, regulando el colesterol, evitando la acumulación de grasas en el hígado, actuando como tónico cardíaco, protegiendo el sistema nervioso y combatiendo la depresión y la ansiedad. También ofrece vitamina K y ácido fólico [1].
Los ingredientes:
Dorar los granos
En una sartén añadir una cucharada de aceite de oliva y la mitad de la mantequilla, y saltear la cebolla y el ajo picados. Echar el apio y la calabaza en pequeños dados y continuar cocinando durante 2 minutos. Añadir la cebada y mezclar todo hasta que los granos estén untados de mantequilla y ligeramente tostados. Echar el caldo de pollo o verduras, la hoja de laurel y el tomillo. El ratio debe ser siempre 1:3 (tres partes de líquido por una de cebada). Salpimentar al gusto.
Cocer la cebada y ahuecar
Dejar que llegue a hervir y bajar el fuego al mínimo. Tapar y dejar cocer durante 20 minutos o hasta que la cebada esté hecha. También se puede cocinar en el horno a 175˚C durante 20-25 minutos o hasta que los granos estén tiernos. Una vez hecho, destapar y añadir el resto de la mantequilla. Ahuecar la cebada con un tenedor.
Este plato sencillo puede acompañar carnes o pescados con sabor intenso, contrarrestando y balanceando la mezcla de sabores. También se puede sustituir la calabaza por cualquier otra hortaliza o verdura que se prefiera.
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